Dar para recibir?
Dar en la medida que recibimos?
o dar sin esperar recibir... cómo es?
Parecería ser que la última, es la mejor opción o la más humana, aunque una vez que que me detengo en la frase y reflexiono un poco más sobre el sentido de la misma me doy cuenta que no se puede dar sin esperar recibir, que en realidad la opción más humana, mas sana y más sabia sería la de "dar en la medida en que recibimos" , y esto no es una cuestión de cantidad, sino de calidad.
Tampoco es una cuestión de los otros sino personal, con esto quiero decir que en la medida que uno esté contento y feliz con lo que recibe es suficiente aunque a veces para los ojos de los otros no sea así.
Y cuando no es así para uno? hasta donde damos? hasta donde cedemos que en muchos casos es sinónimo de dar?
Ayer leía en un artículo de revista, que el motor principal que nos empuja a dar es el amor, y que el amor muchas veces no nos deja ver que lo que estamos recibiendo no es lo que necesitamos... y que el límite a esto es el dolor, hasta ahí tenemos que llegar.
Lo mejor sería entonces que entre dadores y receptores no haya unidades de medida, sino que funcione como un mecanismo cerrado donde ambos se retroalimentan...
Un mecanismo en el que lo que uno da, es en alguna medida la transformaciòn de lo que recibió, y el que recibe también luego da por el mismo principio transformador, hasta que un momento ya no logramos diferenciar si estamos dando o recibiendo porque es todo parte de lo mismo.
Sin pretensiones filosóficas, sería un perfecto mecanismo dialéctico donde el resultado sería, o mi resultado sería.... el amor
Y esa es la questión.... digo yo.