domingo, 30 de enero de 2011

TO GIVE OR NOT TO GIVE

Dar para recibir?
Dar en la medida que recibimos?
o dar sin esperar recibir... cómo es?
Parecería ser que la última, es la mejor opción o la más humana, aunque una vez que que me detengo en la frase y reflexiono un poco más sobre el sentido de la misma me doy cuenta que no se puede dar sin esperar recibir, que en realidad la opción más humana, mas sana y más sabia sería la de "dar en la medida en que recibimos" , y esto no es una cuestión de cantidad, sino de calidad.
Tampoco es una cuestión de los otros sino personal, con esto quiero decir que en la medida que uno esté contento y feliz con lo que recibe es suficiente aunque a veces para los ojos de los otros no sea así.
Y cuando no es así para uno? hasta donde damos? hasta donde cedemos que en muchos casos es sinónimo de dar?
Ayer leía en un artículo de revista, que el motor principal que nos empuja a dar es el amor, y que el amor muchas veces no nos deja ver que lo que estamos recibiendo no es lo que necesitamos... y que el límite a esto es el dolor, hasta ahí tenemos que llegar.
Lo mejor sería entonces que entre dadores y receptores no haya unidades de medida, sino que funcione como un mecanismo cerrado donde ambos se retroalimentan...
Un mecanismo en el que lo que uno da, es en alguna medida la transformaciòn de lo que recibió, y el que recibe también luego da por el mismo principio transformador, hasta que un momento ya no logramos diferenciar si estamos dando o recibiendo porque es todo parte de lo mismo.
Sin pretensiones filosóficas, sería un perfecto mecanismo dialéctico donde el resultado sería, o mi resultado sería.... el amor
Y esa es la questión.... digo yo.

3 comentarios:

Totola dijo...

TA CUAL!! ETO E ASI...como dice nuestro querido amigo Jorgito:

"Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más SIMPLE,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma" ....

La Negrita dijo...

tenès razòn,no me habià dado cuenta de esa canciòn cuando lo escribia, pero es tal cual.
beso tolola, nos vemos mañana en la minùscula.

Martina Delacroix dijo...

Querida Negu, "dar hasta que duela", dice Cristo, y creo que es un una linda síntesis también. Vaya reflexión... También creo que uno da por goce personal, da placer dar: no me canso de querer dar de todo a mis sobrinas y sobrino y a ellos los amo infinitamente, es un amor sin límites y que no espera a cambio. Fluye independientemente de lo que haya del otro lado. Creo que tu post apunta más a un amor de pareja, ¿puede ser? Ahí si creo que interviene más el dolor cuando no hay un retorno, cuando uno ya no sabe qué más dar y se apena por no "recibir". Y esto creo que se da cuando las cosas no funcan sobre rieles, sino ni nos cuestionamos lo que vino a cambio. En fin, apuesto al dar, como sea. Y que me den, claro, je.
Muchos besos y pronto cito en Palabrápolis tu anterior post. Desde Berlín ando medio complicada. Y lamento perderme la minúscula. Usen las servilletas!!!!!